Lava el jengibre antes de prepararlo.
Al comprar, asegúrese de que la raíz tenga una piel suave y plateada. Esta es una característica del jengibre fresco con un calor agradable.
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La raíz de jengibre no tiene que pelarse, sino lavarse con cuidado:
- Limpiar siempre con agua corriente.
- Cepille bien la suciedad con un cepillo para verduras.
Dado que muchos de los ingredientes saludables se encuentran directamente debajo de la piel, puede hacerlo sin pelar la piel de los tubérculos cultivados orgánicamente. Corte la raíz en rodajas finas o en cubos y agregue la especia a la comida.
Pelar jengibre: así es como funciona
En el caso de raíces de jengibre más viejas o aquellas que no proceden de cultivo convencional, conviene retirar la piel. Esto funciona bien con un pelador de papas o con el método de la cucharadita:
- Tome el jengibre en una mano y sostenga una cucharadita en la otra con la curva hacia el cuerpo.
- Raspe con cuidado la cáscara con el borde de la cuchara.
- Esto también funciona muy bien en las áreas irregulares.
- Corta las cicatrices de las hojas duras y el extremo seco con un cuchillo afilado.
- Dependiendo de la receta, cortar en rodajas o picar finamente.
Prepare el jengibre en polvo con anticipación
Las raíces grandes de jengibre a menudo no se pueden procesar en unos pocos días. Uno mismo polvo de jengibre seco conserva todo su sabor y dura muchos meses.
- Lava muy bien el jengibre.
- Corta el rizoma en rodajas.
- Coloque esto en una rejilla forrada con papel de hornear y deje que el jengibre se seque durante varios días.
- Gire una y otra vez durante este tiempo.
- Es más rápido en el horno: esparce el jengibre en una bandeja para hornear forrada con papel de hornear y sécalo en el horno a 40 grados.
- Muela finamente las rodajas de jengibre secas y guárdelas en recipientes oscuros y bien ajustados.
Consejos
Cuanto más se cocina el jengibre, más pierde su aroma. Por lo tanto, solo debe dárselo al plato hacia el final del tiempo de cocción.